Hoy, por ser el Día del Libro, me he hecho esta pregunta: ¿Y para qué demonios escribo yo? si ya está todo dicho y escrito. Así que me he traído dos fragmentos de un libro que me ha encantado, es el relato de una vida, la vida de una mujer con sus aciertos y sus errores. A mi me ha conmovido por su autenticidad y ternura.
Al mismo tiempo me estoy planteando seguir con esta técnica, es decir, compartir lo que he leído que es bastante, con mi querida gente bloguera. Felíz día.
“Cada vez que, al crecer, tengas ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo, la primera y la más importante. Luchar por una idea sin tener una idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer.”
“Los jóvenes -dice a veces en medio de la conversación-, no tienen corazón, no tienen ya el respeto que tenían antaño. » A fin de que no prosiga yo asiento, pero para mis adentros estoy convencida de que el corazón sigue siendo el mismo de siempre, sólo que hay menos hipocresía, eso es todo. Los jóvenes no son egoístas por naturaleza, de la misma manera que los viejos no son naturalmente sabios. Comprensión y superficialidad no son asuntos de años, sino del camino que cada uno recorre.
En algún sitio que no recuerdo, hace muchos años, leí un lema de los indios americanos que decía:-Antes de juzgar a una persona, camina durante tres lunas con sus mocasines.» Me gustó tanto que, para no olvidarlo, lo copié en la libreta de notas que está junto al teléfono. Vistas desde fuera, muchas existencias parecen equivocadas, irracionales, locas. Mientras nos mantenemos fuera es fácil entender mal a las personas, sus relaciones. Solamente estando dentro, solamente caminando tres lunas con sus mocasines pueden entenderse sus motivaciones, sus sentimientos, aquello que hace que una persona actúe de una manera en vez de hacerlo de otra. La comprensión nace de la humildad, no del orgullo del saber.”