domingo, 25 de enero de 2015

A Mamel que de lejos conocí.

Foto de Néstor M. Garavito

Como tú me quiero ir, 

como tú sin despedidas, 

como tú ligera de equipaje, 

como tú sin avisar...
Fuiste grande por lo que he oído
quizá por ello la inevitable
pronto te llamó,
pensó quizá que bastante dolor
ya habías padecido, 
habías sobrevivido otras ausencias,
te habías levantado una y otra vez,
pero quizá desde algún lugar
alguien te reclamaba para ella,
y le ganó a los vivos.


No quiero sobrevivir a los que se van, 

quiero ser yo la primera en partir, 

no quiero saber qué va a pasar, 

no me interesa vivir hasta el final, 

hasta que ya no aguante más...

mándame a tu amiga a visitarme, 

mejor pronto que muy tarde, 

ya viví feliz y triste,

 amé hasta donde no se resiste, 

ya canté, bailé, leí, disfruté lo suficiente, 

quiero irme feliz, no triste, 

no quiero esperar lo inesperado, 
no quiero sorpresas inaguantables, 
es muy dura la despedida, 
pero aún más duro es tener que aceptar, 
tener que seguir a pesar de todo
a través de los tiempos, a través del dolor...