Cómo empezar...eras la avanzadilla de la mujer libre, moderna, rebelde y al mismo tiempo práctica hasta cotas increíbles. ¿Empezamos por cuándo le dijiste al padre Víctor aquéllo de que -Lo que dios ha unido dios lo desuna-?, como contestación a tu sugerencia de separación de un hombre al que ya no aguantabas, que se te había quedado desfasado con los años de evolución que tú experimentaste por tu curiosidad e inquietudes, por reclamo de una dignidad que la iglesia católica de entonces ni la de ahora respeta ni comprende bajo su cerrazón dogmática.
O cuando cogiendo en brazos al primito con hidrocefalia para llevarlo al cine con todos los primos,, dijiste a la tía Neli que no hacía falta que le tapara la cabeza con aquella mantita, que lo importante era el niño, no lo que pensaran o hicieran los demás... Todavía lo recuerdo y era allá a finales de los años 50. ¡Qué grandeza la tuya! ¿De dónde sacabas tanta valentía, tanto sentido común en un ambiente donde primaba lo superfluo?.
No te gustaban las revistas de cotilleo, por aquél tiempo toda "Señora" que se preciaba de serlo tenía un Hola en su casa los domingos, tú ni lo mirabas, eras genial.¿Sabes que todavía sigue vigente el Hola y su parafernalia? Jajajajajajaj, lo que te podrás reír allá donde estés.
Qué risa cuando en la sesión matiné del cine, donde nos llevabas a nosotros y a todos los primos cada domingo, (Yo creo que para no tener que soportar las tediosas tardes de señoras hablando de princesas que no conocían y de cortinas que sí cosían), tú disfrutabas mas que nosotros, me acuerdo que dabas patadas cuando iban llegando "Los buenos de la película", creo que algunos de los primos pensarían que estabas loca, pero yo iba grabando todo aquello en mi carácter iba forjando la persona que hoy soy. ¡Y te agradezco tanto tus ejemplos! La madre que todos quisieran tener, pero eras Mi Madre.
Después con mis hijos, tus nietos, lo mismo, alegría y risas, optimismo, ninguna de tus duras experiencias parecían transmitirse estando rodeada de jóvenes, disfrutabas y te unías a su vitalidad, contando chistes, alegrando todo a tu alrededor.
Qué lástima que no te encontrara el hombre que te merecías , hubiera sido lo máximo
, pero elegiste seguir sola, te gustaba tu soledad, es que eras tan completa que no necesitabas a nadie para ser tú.
Sí, así eran algunas mujeres. Libres y vitalistas. Y consecuentes con esa visión de la vida. La alegría y la sonrisa, bandera, que puede que no siempre pudiese ondear al viento... Pero ser y estar ¡eran!.
ResponderEliminarUn gran abrazo, María. Un placer conocerla.
Gracias Ernesto, así es, una relación que marca toda una vida. Abrazos.
EliminarLas madres son únicas, todo lo que hicieron y hacen nos sirve de ejemplo.
ResponderEliminarFortaleza y valentía unidas las hacen especiales. Precioso homenaje
Un abrazo
Hola Deray, cierto, ¿Quién no tiene recuerdos tan tiernos de la persona que más nos ha querido en este mundo?. Gracias por leerme. Abrazos.
EliminarDimelo ami que me quedé viuda con dos hijos y se lo que es ser madre...
ResponderEliminargracias por tu comentario ...será un placer recibirte ...entre espigas y amapolas ...pero con poesia
un abrazo
Gracias por visitar mi blog Marina-Emer. El tuyo me ha encantado. Abrazo.
EliminarComprendo que una madre así no se la olvide nunca. En realidad, haya sido como haya sido no se la olvida pero si encima ha sido como dices es para bendecir cada uno de los días que vivió contigo. Un beso
ResponderEliminarHola Antonio, gracias por tu comentario. Efectivamente tuve mucha fortuna con mi querida madre. Besos.
EliminarComprendo que una madre así no se la olvide nunca. En realidad, haya sido como haya sido no se la olvida pero si encima ha sido como dices es para bendecir cada uno de los días que vivió contigo. Un beso
ResponderEliminarMejor sola que mal acompañada, se suele decir, y al parecer esta valiente mujer así lo quiso.
ResponderEliminarUn relato precioso y tierno lleno de admiración hacia tu madre, y seguramente de tal palo, tal astilla.
Como verás he venido muy refranera, jajaja.
Me encantó leerte.
Un abrazo.
Hola Elda, un placer tenerte por aquí. Muchas gracias por tu comentario. Abrazo.
EliminarMejor sola que mal acompañada, se suele decir, y al parecer esta valiente mujer así lo quiso.
ResponderEliminarUn relato precioso y tierno lleno de admiración hacia tu madre, y seguramente de tal palo, tal astilla.
Como verás he venido muy refranera, jajaja.
Me encantó leerte.
Un abrazo.