Ella, que disfrutó de aquel hombre que durante once años fue su padre cuando aún su nacimiento no estaba ni proyectado.
Ahora venía de tierras lejanas con el deseo de conocer a sus...¿Hermanastros?, personas extrañas que nunca se habían visto pero que compartían la sangre del mismo hombre, qué curioso, pensó, al principio sintió rechazo, no le apetecía conocerla, pero después le picó la curiosidad como hija que no tuvo a su padre frente a la que había sido ¿Su sustituta?.
Le podría preguntar cómo había sido el padre, cómo era su amor, cómo cuando ella fue adolescente, cómo cuando sintió su primer amor, cómo cuando ella eligió compañero, cómo cuando se comprometió, cuando se graduó, cuando tuvo su primer hijo, cómo amaba a sus nietos, cómo quiso a su nueva mujer, cuántos años vivió, qué enfermedades tuvo o si no tuvo ninguna, porqué la había abandonado, quizá ella lo sabría y se lo podría explicar, porqué nunca más quiso saber de su primera familia.
Porqué su hermana de él, su tía, le había negado su dirección cuando ella se la preguntó al tener su primer hijo para decirle que era abuelo y tuvo que dirigirse a un frío consulado para conseguir un triste apartado de correos. Porqué le contestó con aquella crueldad a la carta que le envió.
Cómo había fallecido, cuándo...
Sí, quizá sería un acierto conocer a su hermanastra después de tantos años para así sentir, a través de ella, cómo hubiera sido su vida si hubiera tenido padre.
Sentido relato.
ResponderEliminarQué alegría volver a leerte, Maru.
Abrazo inmenso.
Qué triste la vida cuando los padres se olvidan de sus hijos por su mal matrimonio y deciden forjarse un destino lejos de ellos. Imagino un hondo vacío imposible de ser completado con otros afectos, un abrazo Mara!
ResponderEliminarCoincido con Carlos, un sentido relato.
ResponderEliminarSaludos
Que tristeza vivir con estos pensamientos que al final nunca los pudo aclarar con su padre.
ResponderEliminarUn feliz fin de semana.
Que bello preguntas sin respuestas en la vida
ResponderEliminarHola Maru es una pena que a veces no se puedan tener conversaciones que serían muy necesarias.
ResponderEliminarAbrazos
No es fácil ponerse en esa piel, cuando la vida de uno ha ido por otros cauces.
ResponderEliminarPero si es comprensible ese sentir que relatas tan bien.
Un fuerte abrazo Maru.
Creo que lo verdaderamente inportante es poder tener esta conversación consigo misma!
ResponderEliminarLo demás, trazos de vida. Y estos son, para "bien", los que nos han ido moldeando...
¿Estamos bien, hoy, ahora? ¡Esto es todo!
Fuerte abrazo María. Bienvenida!
Muchas gracias por pasar por aquí y dejar vuestras queridas reflexiones. Estoy un poco despistada con los cambios que observo en el blog, no puedo contestar personalmente a cada uno, seguiré indagando hasta conseguirlo. Un abrazo.
ResponderEliminarUna interesante entrada de lo que pudo ser y no fue. Es triste, son muchas las personas en el mundo que no conocieron a su padre, muchas lo siguen buscando.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Matías, creo que algunos padres ignoran la importancia que tienen en la vida de sus hijos...una pena.
EliminarManu me ha gustado leerte.
ResponderEliminarQue tengas buen fin de semana
Muchas gracias Trini. igualmente.
EliminarLa última vez que vi a mi padre tenía 7 años. Él prefirio cortar la relación para siempre, como el de tu relato.
ResponderEliminar¿Lo he echado de menos? No lo sé, desde pequeña supe que esa iba a ser una carencia que debía rellenar con vida interesante, mi propia vida, y no, no lo he echado de menos.
¿Me gustaría conocer a mi hermanastro? Sí,por supuesto. Sería muy interesante conocer algo más de se padre desde la ausencia y la presencia.
Un relato estupendo, Maru.
Besos,
Hola Tesa, sí, también se aprende a sobrevivir el abandono, es cierto y quizá una marca para fortalecer y crecer en sabiduría y comprensión. Un abrazo.
EliminarMe impactó esta entrada. No sé cómo es que alguien te abandone de este modo, ni lo puedo -ni quiero- imaginar. Sí admiro la entereza de poder expresar tanto, sea el "hecho", que todas las consecuencias, inclusive las incertezas. Yo soy una que necesita respuestas, necesito encontrarle "la lógica" a las cosas, hasta cuando no la tienen... lo necesito para seguir adelante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Alma por venir aquí y dejar tu huella. Dices que tú necesitas encontrar la lógica a las cosas, yo sin embargo no necesito eso, he llegado al convencimiento de que muchas, muchísimas cosas pasan porque sí, sin explicación, azares de la vida de cada uno de nosotros. En esta historia también se puede encontrar si se quiere la lógica, que pudiera ser la lejanía, el huir de la confrontación, dejar a unos hijos por no luchar contra viento y marea, el desencanto en la pareja pasando por encima del amor a los hijos, etc. etc., pero, ¿Y si en realidad solo ha pasado lo que tenía que pasar para que estos personajes aprendieran lo que estaban preparados para aprender? o para simplemente tuvieran esas determinadas vivencias?, no sabemos, por eso, lo mejor es aceptar lo que no podemos cambiar en la creencia de que solo aquello que ocurrió era lo que la vida o el azar tenía para ti. Un abrazo.
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