martes, 19 de abril de 2016

Relaciones









Frío, vacío, incontenible tristeza en lo más profundo del corazón, nunca entendería esa reacción, la falta de comprensión y las ganas de ese sentimiento victimista que llenaba su vida respecto a ella.

-Me engañaste- le dijo en cierta ocasión...En realidad no fue un engaño, fue un intento de ser como no era, de doblegarse a una elección que no fue la suya, ella era un alma libre, sin ataduras de religiones, con un cielo abierto a todas las posibilidades, sin embargo, en un momento demasiado largo se doblegó, fue débil y cuando quiso levantar de nuevo sus alas de libertad lo pagó con el desprecio inhibido pero patente de él, un desamor que se notaba en su mirada, por muy correcto que quisiera parecer había levantado un muro infranqueable, un mundo de diferencias por un hipotético dios en el que quería poner toda su fe y su amor, mermando al mismo tiempo el amor que había creído sentir por ella...

¿O era la imaginación de ella que le jugaba una mala pasada?, de todas formas no era la persona que necesitaba que la "hicieran feliz", pero, esos reproches velados y no tan velados que a veces salían a la luz, ¿No eran la prueba de que eso era lo que ocurría?. 

Y pasaba la vida de esa forma, juntos, pero aislados, en esa soledad compartida que se puede sentir en el desconsuelo de las almas, en la lucidez del pensamiento.




9 comentarios:

  1. Triste...
    Ocurre con más frecuencia de la que se espera en la vida real de una pareja, ya sea por motivos religiosos u otros. Siguen un camino común mientras la distancia entre ellos se hace abismo insalvable...
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Marinel y como dices, con demasiada frecuencia, nos adaptamos a la zona de confort, así lo llaman ahora. Un beso

      Eliminar
  2. Cada ser elige lo que desea transitar
    Cariños

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Abuela Ciber, gracias por pasar por aquí de nuevo, eres muy bienvenida.

      Eliminar
  3. Muchas veces cuando el amor se acaba en una pareja de años, la costumbre es lo que los encadena. Y de los amantes que ayer fueron, hoy solo quedan dos inquilinos de la Torre de Babel, donde ya no pueden conjugar el verbo amor en tiempo presente y toda conversación importante se convierte en vano intento por entenderse.

    Pd
    Me gusta la forma como enfocas tu relato, con una suavidad y sensibilidad que traen paz a pesar de lo agobiante del tema, ingresando al punto neurálgico con la destreza de un cirujano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Juan Carlos, siempre en tus comentarios hay un contenido muy interesante para mi. Es curioso como las personas evolucionamos de modo diferente y a veces, desgraciadamente no al mismo ritmo o hacia la misma meta...eso pasa en las parejas, familiares e incluso amigos, que después de años sin verlos, por circunstancias de la vida, los vuelves a encontrar y te preguntas cómo puede ser que lo que tenías en el recuerdo haya cambiado tanto. Gracias por tu posdata. ¿Sabes? creo que te expresas muy bien y que deberías escribir, creo que serían muy interesantes tus temas. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Aunque sea triste habla de amor y desamor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu interés Amapola Azzul, es un placer ver que pasas por aquí.

      Eliminar

Gracias por tu visita.