jueves, 1 de septiembre de 2016

Historia de un corto romance.



    
Le vio desde la terraza, ella estaba sentada tomándose un refresco, él pasó con su Alfa deportivo, llamó inmediatamente su atención por su gran atractivo, pasó como una ráfaga. Ella había llegado el día anterior, quería comenzar una nueva vida lejos de todo lo conocido hasta entonces, estaba inmersa en un sentimiento de libertad como desde hacía mucho tiempo no sentía. Allí en una terraza de Marbella mirando al mar, se sintió la más importante al mismo tiempo que la más insignificante, pero le gustaba.

Tenía que encontrar un trabajo pronto, pues sus ahorros no le iban a durar siempre, le habían comentado que en Puerto Banús habían muchos negocios y quizá habría algo, ahora que empezaba la época vacacional. En un autobús  se dirigió a ese destino, cuando llegó le deslumbró el lugar, los barcos, los cochazos, las tiendas, los restaurantes, en un pequeño muelle de nada habían construido el imperio del lujo. Curiosa, comenzó a recorrer las dos únicas calles de que se componía aquel famoso destino turístico. 

Entró en una boutique, "Enrico II" se llamaba y estaba en la calle de atrás, enseguida se dirigió a ella Enrico, el dueño, mejor dicho uno de los socios dueños de la tienda, le dijo que buscaba trabajo, en ese momento ellos no necesitaban a nadie, pero su amigo Jousef, tenía una tienda en el paseo justo delante del muelle, pegado al Restaurante Antonio, le llamaría diciéndole que ella iba hacia allí, al salir, notó que la miraban insistentemente, era él, el chico guapo del Alfa, era el socio de Enrico, se llamaba también Enrico, los presentaron, una corriente de simpatía fluyó casi de inmediato entre ellos. Quedaron en que les comunicaría si tenía éxito con Jousef, se despidió alegremente.

Funcionó, Jousef era un libanés de lo más simpático, casado con una danesa, tenían dos afganos preciosos a la entrada de la tienda que le daba un aire de lo más distinguido. El lunes siguiente estaba trabajando de dependienta en aquella tienda donde iba lo mas surtido de la jet set marbellí. Justo al lado, separado por unos setos estaba el restaurante mas solicitado y enfrente unos yates que quitaban el hipo. 

Una noche, cuando casi había terminado el guapo Enrico pasó a verla, le preguntó si le apetecería cenar con él y su socio, fueron a un italiano allí mismo, la mujer del otro Enrico era un encanto, pasaron una velada genial. Como ella vivía en las afueras, Enrico la llevó a casa en su Alfa, cuando llegaron se despidieron con un beso apasionado.

La historia de amor entre ellos fue creciendo, aquel hombre era un encanto, la ayudó a encontrar un apartamento, la invitaba a eventos a los que ella ni en sueños hubiera imaginado asistir, una noche, cenando en un yate, eran las dos de la madrugada, ella bostezó, lo que fue para Enrico una muestra del desinterés de ella hacia toda aquella superficialidad, le acercó la boca a su oreja y le comentó cariñosamente que solo una mujer como ella era capaz de aburrirse en semejante ocasión, lo que pareció fascinarle al italiano sexy.

Así siguieron unos meses, fiestas, excursiones, todo era idílico, hasta aquel fatídico día. Estaban en el Marbella Club, bailaban, cuando de repente se les acercó la furia hecha mujer morena y pequeña, sin mediar palabra, en medio de la pista de baile y a la vista de todos, le echó violentamente el contenido de un vaso de whisky en la cara de Enrico, él, con una tranquilidad pasmosa y una media sonrisa en su cara, la miró y dijo - Te presento a Charo -

Comenzaron una acalorada discusión, una señora que resultó ser una marquesa que vivía en Marbella la cogió de la mano, muy amablemente la apartó de aquella pelea y en su coche la llevó a su casa, comentándole que aquello se iba a complicar y que no seria bueno para ella permanecer allí, para sí misma pensó que probablemente aquella escena no era la primera vez que sucedía, no entendía demasiado qué había pasado.

A la mañana siguiente, Enrico la esperaba por fuera de su apartamento, la invitó a desayunar, le contó su tormentosa historia con Charo, ella lo había ayudado hacía tiempo, habían tenido una relación y pensaba que él era de su propiedad, era una mujer muy rica e influyente en aquella zona y, en realidad él se sentía en cierto modo en deuda con ella.

Enrico le confesó también que los últimos meses pasados con ella, sin aquella mujer rondando, eran lo más bonito que había vivido en años, pero que ahora que había vuelto le iba a ser muy difícil seguir con la relación, que él no la merecía y por eso era mejor dejarlo, él no podía ofrecerle lo que una chica como ella esperaba de la vida, a cambio le pidió un último favor, que se dejara hacer un retrato por un dibujante muy famoso de allí. Cuando el retrato estuvo hecho él se lo mostró colgado en el salón de su apartamento. Así terminó aquel romance veraniego entre lujo y frivolidad, para ella, había sido una experiencia de la que había aprendido, era su vida, su camino, una elección más...

5 comentarios:

  1. Situaciones corrientes en los lugares de verano.
    Bonito relato.
    Un saludo.

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    1. Gracias mil MariPi por dedicar tu tiempo a leerme. Un saludo.

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  2. Historias de la vida... Reales en sí mismas se den en Marbella o en La Alberca.

    Entretenidaaventura, Maru.

    Un abrazo.

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  3. Gracias Anna, seguro que visitaré tu blog. Saludos

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Gracias por tu visita.