Me gustan las cosas viejas, con su humildad y su servicio de años, con sus colores gastados y bordes redondeados por el paso del tiempo, siento su mirada a través de los años, de familias distintas... y ellas, las cosas, siempre ahí, el sillón que viajó en el tiempo, la librería gastada con libros que leyeron tantos, las puertas maceradas de abrir y cerrar pasos, la cocina que a tantos ha acogido, ahí siguen, imperturbables, las nuevas generaciones llegan siendo niños, aceptando el pasado que reside en esas cosas viejas, así son ellos, los niños, todo les divierte y les atrae, vienen sin necesidades, con todo en ellos y de repente pienso que son como las cosas viejas, que no piden nada, que todo el tiempo han ofrecido y siguen ofreciendo, nosotros nos seguimos sirviendo de ellas y de ellos, de las cosas viejas porque siempre han estado con nosotros y con los que se fueron y de los niños porque son recién llegados limpios, nuevos, alegres y renovadores que nos traen sus risas y su alegría de vivir.
Bien dicho. Las cosas viejas son las de siempre, es decir que a cada rato son más nuevas. Lo mismo pasa con el tiempo, nada más viejo, nada más presente, pasa constantemente.
ResponderEliminarExtrañaba leerte, Maru. Un gran abrazo.
Gracias Carlos, yo también extrañaba este espacio, un placer pasear por los blogs de mis amigos de nuevo. Abrazo.
EliminarMe siento muy identificada, Maru, son parte de nuestra historia, testigos entrañables de diferentes momentos de nuestras vidas, un abrazo!
ResponderEliminarUna bonita definición de las cosas, de los niños, de la vida..., de nosotros mismos siempre.
ResponderEliminarPues si algo somos realmente, es eso mismo y todo!
Gran abrazo María. Un texto entrañable.
La vida, nuestra vida es vieja y sin embargo la amamos. Interesante entrada, te dejo un abrazo.
ResponderEliminarmariarosa
Me encantó! Precioso lo que has escrito sobre el valor de lo añejo, lo antiguo, porque representa lo que se ha vivido y eso es síntoma de que se ha disfrutado también. Y me ha gustado cómo lo has enlazado con lo nuevo, los niños, porque ellos también son importantes ya que ellos nos aportan la alegría necesaria para renovarnos. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola Maru.
ResponderEliminarDescubres la belleza escondida de cosas que nos rodean, que evocan sentimientos personales, recuerdos y memorias.
Creo que para ello se requiere una presencia serena en el momento presente y esto es lo que descubro en ti.
Que hayas incluido a los niños y hayas hecho un "todo", me ha encantado.
Un fuerte abrazo.
me gusta como escribes y mucho
ResponderEliminarMe gusta lo nuevo rcien pintado .....
pero me has encantado vos con tu scrito
Las cosas viejas tienen historias que contar....a mi también me gustan las cosas viejas....un gusto leerte....saludos
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